Dime cómo andas…y te diré si tendrás un “Juanete"
La forma de pisar tiene una relación directa con multitud de lesiones osteoarticulares y musculares. La forma de pisar es característica de cada persona y además es por todos conocido que es uno de los rasgos más característicos de cualquier persona. Es fácil escuchar expresiones tipo “camina igual que su padre”. Y suele ser verdad. La forma de pisar se hereda al igual que otros muchos rasgos físicos.
Esa forma de pisar “heredada” y mantenida durante muchos años y millones de pasos puede generar patologías que hubiesen sido evitables si se hubiese puesto remedio a tiempo. Uno de los ejemplos más evidentes es el tema de los “juanetes”. El “Juanete”, técnicamente denominado “Hallux Valgus”, es el engrosamiento de la articulación del primer dedo del pie y la desviación del mismo hacia adentro.
Foto 1: Hallux Valgus o juanete incipiente en niño de 14 años // Foto 2: Hallux Valgus o juanete en adulto
Es bastante habitual ver en la consulta a toda una familia que progresivamente ha ido desarrollando su “juanete”. Hemos visto en algunas familias a la abuela con un “juanete generoso”, a la hija con un “juanete discreto” y la nieta con un “indicio de juanete”. Vista esta secuencia está claro que el “Juanete” debe de tener algo que ver con la genética y que la hija y la nieta van viendo evolucionar su “juanete” como esa herencia que les ha sido asignada con total resignación. Ahora bien, ni la abuela, ni la hija, ni la nieta nacieron con el juanete. Nunca hemos visto a un recién nacido o recién nacida con un “Juanete”. Lo que realmente hemos heredado es una forma de pie y una forma de pisar. El “juanete” es la consecuencia de miles de pasos dados de una determinada forma, ayudado en muchas ocasiones con aditivos como tacones, puntas estrechas, etc. Pero la principal causa para generarlo es la forma de pisar. Concretamente tener una tendencia al pie valgo (es decir a meter el pie hacia adentro al caminar) o bien tener un pie muy cavo (con mucha curvatura) que genera un exceso de carga en la zona metatarsal. De hecho hay multitud de hombres que han desarrollado un “juanete” y no han llevado en su vida un tacón o una punta estrecha.
Foto 3: Pie valgo
Si fuésemos capaces de detectar esta forma de pisar, antes de desarrollar el “juanete” podríamos evitarlo en muchos casos de una forma tan sencilla como diseñando una plantilla correcta que mejore el reparto de carga y libere de presión la primera articulación metatarsofalángica (la del primer dedo del pie). Esto es muy fácil de detectar realizando un estudio biomecánico de la marcha.
Está claro que no podemos influir en la genética (podológicamente hablando), pero no debemos resignarnos a ver como nuestro “juanete” va creciendo, como si fuese una herencia que hemos de acatar sin remedio. Si la abuela y la hija tienen un juanete, deberíamos de ver a los nietos lo antes posible porque posiblemente podamos poner remedio a esa “tradición familiar”.
CÓMO PREVENIR EL JUANETE
Si está claro que el motivo fundamental para desarrollarlo es la sobrecarga que se genera en esa articulación, la prevención vendrá encaminada a detectar esa forma de pisar y eliminar la presión.
¿Qué podemos hacer para disminuir la presión en la zona y por lo tanto evitar la generación del juanete?
-Realizar un estudio biomecánico y en los casos necesarios una plantilla que modifique la alineación del pie y cambie el reparto de cargas en el mismo.
-Intentar no usar zapatos con tacón elevado. Cada centímetro que elevamos de tacón, aumenta de forma progresiva la sobrecarga que se genera en la zona metatarsal (debajo de los dedos).
-No usar puntas estrechas que ayuden a que el primer dedo se deforme hacia adentro.
-Realizar ejercicios descalzos de vez en cuando que mejoren la musculatura del pie y de la pierna para que mejore el control natural de la pronación (aplanamiento del pie).
Foto 4: Pie valgo capturado con cámara de alta velocidad // Foto 5: Imágen de plataforma de presiones de un pie cavo // Foto 6: Diseño de plantillas Podoactiva
CÓMO SE TRATA EL JUANETE
Una vez que el Juanete se ha generado, la única forma de tratarlo es mediante cirugía. En la actualidad la cirugía del pie ha evolucionado mucho y los resultados que se obtienen son francamente buenos.
Existen diferentes técnicas y metodologías: mediante cirugía abierta, mediante cirugía de mínima incisión (también conocida como cirugía por láser, aunque el láser como tal no interviene en ningún momento de la intervención). Esta última técnica consiste en la introducción por una pequeña incisión de una pequeña fresa (parecida a la que usamos para limar una uña o a la que usa el dentista para hacer un empaste). Esa fresa va “comiendo” el hueso en las zonas precisas para conseguir eliminar el bunio (zona engrosada de la articulación y para mejorar la alineación del dedo). Dependerá del tipo de Juanete y de la experiencia del cirujano el hecho de elegir una técnica u otra. Con ambas técnicas se pueden conseguir buenos resultados
Foto 7: Radiografías de juanetes
¿El tratamiento con la cirugía es definitivo?
Hemos de entender que en la mayor parte de los casos, la cirugía no trata la causa sino el resultado (que es el juanete). Si una vez operado, seguimos pisando igual, es muy posible que el juanete vuelva a desarrollarse con el paso de los años y unos cuantos miles de pasos dados.
Algunas técnicas quirúrgicas modifican determinadas estructuras musculares para corregir en cierto modo la carga que soportará el juanete después de la cirugía, pero en la mayor parte de casos es necesario el uso de una plantilla personalizada que mejore el reparto de cargas en el pie para evitar que vuelva a desarrollarse.
Ahora bien, no quiere esto decir que la persona intervenida de juanete necesite usar una plantilla para todas sus actividades. Seguramente con usarla en aquellas actividades que generar mayor carga (actividad deportiva, paseos largos, etc.) sea suficiente para evitar la futura aparición del juanete.
¿El uso de separadores nocturnos evita el avance del Juanete?
Hemos de entender que el juanete se genera como respuesta a la carga generada al caminar en la primera articulación metatarsofalángica. Cuando dormimos, la carga que soporta esta articulación es ninguna (…salvo que durmamos de pie…). No tiene sentido el uso de determinados “artilugios” que intentan estirar del dedo en dirección contraria para combatir el avance del juanete. El juanete por la noche no avanza. Dicho de otro modo, el juanete por la noche “duerme”. Con el uso de alguno de estos artilugios quizás lo que consigamos sea que quien no duerma sea el paciente.
Los separadores de silicona que a veces recomendamos los podólogos entre el primer y segundo dedo no están orientados a que el juanete no avance (de hecho seguirá avanzando si sólo usamos el separador). Están diseñados para evitar que el roce entre el primer y segundo dedo genere alguna callosidad o lesión por roce.
Lo que va a hacer que el juanete no avance es fundamentalmente dar un correcto soporte y alineación a la bóveda plantar, disminuyendo la carga en la zona del juanete y eso se conseguirá con una plantilla personalizada para el tipo de pie, forma de pisar y peso del paciente.
¿Una plantilla puede aliviar el dolor del Juanete?
En aquellos casos que por el motivo que sea el paciente no quiere pasar por la intervención quirúrgica, una plantilla personalizada bien hecha puede mejorar en gran medida el dolor de juanete. Por eso insistimos en realizar el estudio y la plantilla en una clínica podológica. Podemos encontrar plantillas casi en cualquier sitio, pero es importante entender que una plantilla mal diseñada o fabricada puede empeorar el problema o generar un problema distinto (cualquier cambio en el pie que no esté perfectamente estudiado puede generar problemas en otras estructuras como la rodilla).
Por supuesto esta mejora estará condicionada al uso de un calzado correcto que no comprima el pie ni genere desviación de los dedos.
Como conclusión, decir que uno puede heredar el color de los ojos, su forma de pisar o un chalet en la playa (si es más afortunado), pero podríamos evitar en gran medida que heredase un “juanete”.
Es muy importante la realización de un estudio biomecánico de forma precoz en aquellos niños en los que existen antecedentes familiares de “Juanetes”.
En caso de que ya hayamos desarrollado un Juanete, la cirugía es la solución más efectiva pero posiblemente, en un número muy importante de casos, sea necesario el uso de una plantilla personalizada por lo menos para las actividades en las que se genere más carga, para evitar que vuelva a desarrollarse.
En aquellos pacientes que no quieren operarse, una plantilla personalizada es la mejor opción para evitar el dolor y frenar el avance del juanete.
VICTOR ALFARO SANTAFE
Podólogo/ Experto en Biomecánica
Responsable Podología Sanitas-Real Madrid
Responsable Podología y Biomecánica RFEA
Director General Podoactiva
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